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Tengo la vista cansada: ¿Cómo tratarla?
1. Ten cuidado con la luz de dispositivos electrónicos. La luz azul-violeta que desprenden las pantallas de los dispositivos electrónicos y las luces LED es nociva para tus ojos, ya que acelera la muerte de las células de la retina. En otoño, pasas más tiempo en casa, porque los días son más cortos, así que seguro que estás más expuesta a la luz de teléfonos o tabletas. Mucho cuidado con eso, así que intenta preservar tu vista de ella. Si pasas mucho tiempo delante de una pantalla, sigue la regla del 20-20 20: aparta la mirada de la pantalla durante 20 segundos cada 20 minutos enfocando a una distancia de 20 pies (6 metros).

En el caso de las verduras, opta por acelga, apio, alcachofa, berenjena, calabaza, espinaca, zanahoria, tomate, puerro, pimiento, judía verde y guisantes.
3. Hidrata tus ojos. Durante la época otoñal, la piel también se deshidrata, y aquella que rodea al ojo no es una excepción, quedando expuesta al aire frío y a la sequedad que genera el ambiente. Para que nuestros ojos se mantengan limpios y cuidados tenemos que usar gafas de sol de buena calidad, incluso en los días nublados, para que nos protejan de los rayos ultravioletas. Es fundamental llevar una higiene diaria del contorno de nuestros ojos, hidratando la piel de forma correcta y adecuada.
4. Haz deporte. La actividad física, especialmente la aeróbica, mejora la circulación del flujo sanguíneo de todo tu organismo, estimulando también la eliminación de toxinas de los tejidos oculares y favoreciendo el funcionamiento de los ojos. Está demostrado que practicar ejercicio reduce el riesgo de desarrollar cataratas y DMAE. Intenta sacar tiempo para ir al gimnasio un par de días en semana. Si tus obligaciones u horarios te lo impiden, trata de moverte más evitando coger el coche en los trayectos cortos, por ejemplo. Tus ojos te lo agradecerán.
5. Cuida el resto de tu salud. No solo debes cuidar tu vista, sino también tu salud. Por ejemplo, ten cuidado con el alcohol y con el tabaco. Fumar perjudica también a tus ojos, no solo a tus pulmones. El humo hace a tus ojos más sensibles a irritaciones o conjuntivitis. Además, los productos químicos del tabaco, que pasan al torrente sanguíneo a través de los pulmones incrementan las probabilidades de desarrollar cataratas y de padecer DMAE